Lalo era un niño normal. Le iba bien en la escuela y se portaba también bien con sus padres. Pero como todo niño, tenía miedos. Aunque acaba de cumplir 10 años, era muy paranoico para su edad. Cuando llegaba a su casa lo primero que hacía era abrir las persianas para asegurarse que detrás de la ventana no hubiera nadie espiando. Al ir al baño corría las cortinas para saber a ciencia cierta que el payaso ESO no estaba ahí. Antes de dormir levantaba la sobrecama para estar seguro que ningún monstruo vivía debajo de su cama.
Esta era la rutina de todos sus días: abrir persianas, correr cortinas y levantar sobrecamas. No comía ni prendía su tele sin antes saber que se encontraba seguro. No fue sino hasta un día, antes de dormir, que levantó la sobrecama y había un monstruo debajo de ella.
shhh. yo todavía busco al payaso Eso.
ResponderEliminarsiempre me ha estresado que haya algo detrás de las cortinas de la regadera...
ResponderEliminar