martes, 14 de diciembre de 2010

El peor de los regalos en la Navidad

Las mascotas suelen ser animales bonitos que sirven para alegrar el espíritu hogareño. Hay de todos tipos, pero los más comunes son perros y gatos, aunque incluso llegan a haber tortugas, peces, pollos, hurones, iguanas, etc.
Para su infortunio, las mascotas son uno de los regalos que más se utilizan en la Navidad, ya sea un perrito adorable para la novia o uno juguetón para los niños. Claro, en diciembre las mascotas son animales queridos, pero en febrero se convierten en los habitantes de las calles.
Los animales son seres vivos e incluso tienen sentimientos. Si los golpeas lloran, si los asustas tienen miedo, si juegas con ellos corren de felicidad. Sin embargo, la gran mayoría de las personas que reciben o incluso piden una mascota de regalo, no están realmente preparadas para tener una.
Cuando una persona tiene una mascota debe estar consciente que llegará a formar parte de su familia por los siguientes años. Al menos un perro tiene una vida promedio de 15 años. Las personas ven a corto plazo, piensan “que padre hay que tener un perro!”, pero nunca toman en cuenta al pobre animal.
Al principio todo está padre, claro, es la emoción del momento. Pero qué sucede después?. La señora de la casa se harta de estar recogiendo la popó del perro. El gato necesita afilar sus uñas y comienza a rasgar los muebles. El perico canta a horas, donde al señor le gustaría tomar una siesta. La pecera se ve opaca porque a todo el mundo le da flojera limpiarla y los caracoles que se compraron para disminuir el trabajo ya no están haciendo efecto. Los hamsters huelen feo. Y claro, la más tenebrosa de todas: la tarántula o la lagartija se escaparon de sus casitas.
Hay otras razones peores como el hecho de que descubrieron que un miembro de la familia era alérgico al pelo del gato; la señora se embarazó y ya no quiere animales cerca; o simplemente el perrito de la hija creció y prefiere otro cachorrito a un perro adulto.
Es entonces cuando se toma una decisión y pues ni modo, van para fuera los animales. Lo peor de todo es que son cosas que se pueden prever y a las personas les vale queso, compran los animales por la emoción del momento sin tomar una verdadera responsabilidad sobre ellos.
Yo de verdad no entiendo. No he tenido tantas mascotas, pero las que he tenido me he encariñado demasiado con ellos. Tenía una gata que se llamaba Cucha y de verdad, por ningún motivo me hubiera podido haber deshecho de ella. Sin embargo he escuchado demasiadas historias de: “es que el perro creció mucho y ya no cabía en la casa, así que lo devolvimos y lo cambiamos por un chihuahua” o “pues es que mi hermana quiere embarazarse y como dicen que el pelo de gato te puede hacer estéril tuvimos que deshacernos de él.” Aunque bueno, ningún destino se compara con el de “es que Juanito tenía unos pollitos, y jugando con ellos los aplastó”. Es neta esto?????
Yo no puedo entender como en 5 años una persona pueda haber tenido más de dos mascotas. He conocido personas que casi cada 2 años cambian de perro. Es que de verdad no se encariñan con los animales??? De verdad me sorprende.
Bueno, en conclusión, no regalen una mascota si no están conscientes del trabajo que involucra el tener una. No solo el trabajo, las consecuencias, las responsabilidades e incluso el amor que ese animal necesita. Y si lo llegan a hacer, tomen todas esas responsabilidades y no los echen a la calle al primer conflicto que tengan. Tener o no una mascota no es una decisión que debe tomarse a la ligera. Son animales, pero también sienten y están vivos.

domingo, 5 de diciembre de 2010

A veces se nos olvida

Cuando digo que a veces se nos olvida, en realidad me estoy refiriendo a que a veces se me olvida. Hay momentos en la vida en que todo se me complica en tal manera, que pareciera que estuviera envuelto en una novela barata de televisa con un guión pobre y pésimos actores.
Generalmente las malas noticias vienen juntas, y todas revueltas, se van haciendo como bolas de nieve. La trama se complica y uno se empieza a concentrar en las desgracias y los eventos desafortunados de nuestra existencia.
Hace poco tuve una discusión con alguien sobre que le faltaba una pieza en el rompecabezas de su vida. Tiempo después me dijo que ya había conseguido esa pieza y que ya estaba completo. Esa pieza era una persona. Y digo, pues cada quién, pero cómo me hubiera gustado de verdad que me dijera que esa pieza que le faltaba era él mismo. Es triste pensar que estás incompleto si no estás con alguien. Las personas no se completan, las personas se complementan, para completarse estamos nosotros mismos y eso a veces se nos olvida. Nos volvemos tan dependientes de los demás que nos olvidamos que a la única persona que nunca abandonamos en toda nuestra existencia es a nosotros.
Así que yo me siento completo, es más, mucho más que eso. Estudio algo que de alguna forma me apasiona, tengo la oportunidad de estar en un escenario y sentir que nada más existe, no me falta ningún bien material y aparte, por si eso no fuera poco, tengo a las personas más maravillosas del mundo a mi alrededor. Mi familia, mis amigos, incluso compañeros y conocidos son personas increíbles que siempre están ahí cuando los necesito. Obviamente tengo ambiciones y hay muchas cosas que quiero en este mundo, pero por lo pronto no me falta nada y eso me hace muy feliz.
Y bueno ya que entré en el tema de la felicidad, aquí dejo una cita de la película de “las horas”. Es de mis favoritas y siempre me hace reflexionar. Nos vemos.
I remember one morning getting up at dawn, there was such a sense of possibility. You know, that feeling? And I remember thinking to myself: So, this is the beginning of happiness. This is where it starts. And of course there will always be more. It never occurred to me it wasn't the beginning. It was happiness. It was the moment. Right then.”